EL RUMOR INFUNDADO

 

 

          La madre manda al hijo a comprar pan. Un kilo como siempre; pero la tarde es gris y le dice: ”compra dos por si ocurre algo”.  

El niño le dice al panadero: “por si ocurre algo, dos kilos de pan”.  

 

Una vecina escucha y repite en el mercado que dupliquen sus raciones habituales “por si ocurre algo”.

Otras oyentes reclaman la misma duplicación con la  misma frase.

Por la noche las alacenas están repletas “por si ocurre algo”.

Los maridos llegan y escuchan las atribuladas explicaciones de sus mujeres.

Uno de ellos decide escapar, porque no piensa soportar que algo ocurra.

Saca su carreta dispuesto a partir con todo lo que puede llevarse.

Oyen los vecinos, salen y comparten la idea de abandonar el pueblo “por si ocurre algo”. Ya todos en la calle, se apenan de esas casas que solo ellos han habitado, y para no abandonarlas a la suerte de intrusos, no dudan en incendiarlas.

Ya alejándose la triste caravana de seres confundidos, ya alta la polvareda del camino, y en medio de la noche iluminada por el fuego, la madre del comienzo mira con tormento la ilustre llamarada que devora el pueblo y le dice a su hijo: “te lo dije , algo iba a ocurrir”.-

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